lunes, 22 de diciembre de 2008

y siempre estarás a mi lado

martes, 9 de diciembre de 2008

De un loco sí podía hacerme amigo




Apuleyo Mendoza nos cuenta que ahora, con 81 años, "el pobre Gabo sufre con la fama", pero, cuando se encontró con él por primera vez, tenía unos 20 años, "iba mal afeitado, estaba medio sucio y le hizo propuestas indebidas a una camarera".

Al periodista le pareció un personaje "horrible".

Además, el amigo que los presentó terminó de empeorar su impresión cuando definió a Gabo como "desastroso, un caso completamente perdido", y le contó que no iba a clase, se emborrachaba y andaba con mujeres.

Luego, Gabo y Mendoza volvieron a encontrarse en París, donde nació una amistad que dura hasta nuestros días.

Sin embargo, al principio tuvo sus reservas al descubrir que llegaba "muy engreído" porque había publicado "La hojarasca", su primera novela, y en Colombia le habían comparado con Faulkner y Joyce, algo que le parecía "ridículo".

Pero a los pocos días, mientras comían juntos, empezó a nevar en París y todo cambió.

"La nieve barrió al personaje que se había creado y resucitó al niño, que comenzó a correr por la calle gritando como un loco y moviendo los brazos como un futbolista cuando marca un gol. Entonces yo descubrí que estaba loco, menos mal, porque de un loco sí podía hacerme amigo", rememoró el escritor.


Fuente: Cadena global